sábado, 18 de agosto de 2012

Rojo

Su vestido era rojo, como las amapolas que la rodeaban.
Iba descalza, y sostenía sus zapatos de tacón, a juego con su vestido, en una mano.
Estaba sentada allí, en mitad de un campo de amapolas. Pero, ¿qué hacía allí? Él no lo sabía.
Por su cara, dos líneas negras, se le había corrido el rímel de... ¿llorar?

Se acercó a ella, preocupado
 ¿Estás bien?
Ella le miró. Se apartó su largo y despeinado cabello de la cara y, sonriendo, le dijo:
 ¿No es bonito el color rojo?

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